Todos sabemos lo difícil que es formar parte de un proceso de selección en los
tiempos que corren. No obstante, si somos de los afortunados que lo
conseguimos debemos hacer todo lo que esté en nuestras manos para que
nuestros nervios no nos jueguen una mala pasada.
Estar nervioso ante una entrevista de trabajo es lo más normal del mundo. De
hecho, ese nerviosismo es bueno porque nos activa y nos pone en alerta. El
problema está cuando no somos capaces de controlar los nervios y son ellos
los que nos controlan a nosotros.
Si bien es cierto que hay muchas técnicas a las que podemos acudir para
controlar los nervios el día de la entrevista, os presentamos a continuación las
más sencillas y que están al alcance de todos nosotros:
1.- Pensar en el entrevistador.
Sí, sí. Lo que oís. Pensar en el entrevistador antes, durante y después de la
entrevista. Pensar que es una persona “como tú y como yo” y que tiene como trabajo
buscar a la persona más idónea para el puesto para el que su empresa tiene
una vacante. Poneros en su lugar. Si tuvierais que seleccionar personas, ¿a
quién querías tener enfrente?, ¿cuáles son las respuestas, actitudes, intereses,
motivaciones que queríais oír?
2.- Pensamiento positivo.
¿Sabíais que atraemos lo que pensamos? Pensar en lo qué queremos de
forma positiva, nos va a ayudar a dirigir esa energía hacia nuestros intereses y
aspiraciones. Pensar en: “¡He llegado hasta aquí, el puesto puede ser mío”
nos va a proporcionar un “extra” de confianza en nosotros mismos en un
momento clave.
Si al final no logramos el puesto, la experiencia de la entrevista nos va a
permitir analizar con posterioridad con qué preguntas nos hemos sentimos más
cómodos y con cuáles no. Éstas son las que deberemos preparar con más atención para la siguiente entrevista. Pensar en la experiencia de la entrevista
como algo positivo también es muy importante. De todo se aprende.
Os recomendamos para aquellas personas que lleváis un registro de las ofertas
de empleo a las que os inscribís (Véase el post: Cuaderno de empleo), anotar en
el mismo todo lo relativo a la entrevista: cuándo fue, quién fue el entrevistador,
cuánto duró, qué me preguntaron, cómo me sentí… Todas estas anotaciones
nos van a permitir examinar los posibles errores y aprender de los mismos.
3.- Preparar la entrevista.
Ya lo habréis escuchado más de una vez. Pero os sorprendería saber cuántas
personas van a las entrevistas sabiendo únicamente la dirección a la que se
tienen que presentar.
Obtener información de la empresa dentro de su propia página web, buscar
noticias de la misma en los periódicos digitales y en las redes sociales, llevar
preparadas posibles preguntas que nos pueden hacer en la entrevista… hará
que tengamos más confianza en nosotros mismos y por tanto, nos resultará
más fácil controlar los nervios.
Conclusión: Los nervios en una entrevista de trabajo van a estar presentes. La
manera en que nosotros aprendamos a manejarlos va a ser clave para que
superemos la entrevista y como consecuencia, consigamos el puesto de
trabajo. Todos nosotros a través de distintas técnicas podemos controlar los
nervios.
Elena Lado
Técnico de RRHH. Formación. Interesada en la orientación profesional y laboral, emprendedores, RRHH 2.0
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