Esta semana leíamos en el periódico Expansión que emigrar para “afrontar un nuevo destino
profesional fuera de España es un reto y una oportunidad.” Hay
opiniones para todos los gustos aunque la realidad es que los beneficios que
cada persona puede sacar de esta experiencia sólo dependen de uno mismo.
Montse Velasco tiene 23 años y es de Barcelona. Acabó sus estudios
de Magisterio especializado en lengua extranjera hace dos años y, ante
las pocas oportunidades que existían en su ciudad para encontrar un trabajo,
decidió emigrar a Reino Unido para probar suerte. ¿Su destino? Bristol.
Viendo el difícil panorama que había en
nuestro país hace dos años, esta joven diplomada decidió optar a una beca
para ser auxiliar de conversación en Reino Unido. Una vez conseguida,
emigró a Bristol, donde trabajaba 12 horas semanales como refuerzo de lengua
española. “La experiencia me gustó, y decidí informarme sobre qué
necesitaba para ejercer ahí mi profesión”. Convalidar su Diplomatura para
conseguir el Qualified Teaching Status(QTS),
le abrió las puertas a las escuelas inglesas, aunque siendo extranjero “no es
nada fácil conseguir una plaza”. Tampoco lo es adquirir un piso o una
habitación de alquiler si no tienes firmado previamente un contrato. “Algunas
personas no tenían la certeza de que me pudiera permitir el alquiler de un
piso, y me llegaron a pedir hasta 6 meses de fianza en efectivo como garantía”.
Vistas las dificultades, y dejando un poco de lado lo que había ido a
hacer ahí, “la salida más rápida fue encontrar un trabajo provisional, en
este caso de camarera, para tener un contrato” que le permitiera
alquilar una vivienda.
“Esta es la realidad que nos
depara a muchos de los españoles que hemos viajado hasta Reino Unido para
probar suerte. Pelar patatas, fregar platos o ser camarera en el mejor de los
casos si tu nivel de inglés lo permite” es la primera salida para poder empezar
ahí un nuevo camino.
En su caso, las agencias de
colocación le “bridaron una gran oportunidad para poner en práctica
todo lo aprendido en Barcelona”. Aunque principalmente fueronsustituciones,
“esta experiencia me ha posibilitado trabajar de lo mío en una escuela
británica”, afirma. “Pese a que para mí esto fue una gran oportunidad, la falta
de horarios fijos y los cambios continuos de escuela hacían que mi día a día en
Bristol fuera un tanto impredecible.”
Aunque alejarse de su familia, dejar su
hogar y emprender una nueva vida en otro país no fue nada fácil, las
"nuevas oportunidades que encontré en Bristol me animaron a seguir
probando suerte ahí. He aprendido mucho. He visto y vivido muchas cosas
que aquí posiblemente no me hubiese encontrado”. Sobre todo, en cuanto al nivel
de inglés, “se mejora mucho”. Nuevas metodologías para ejercer su
profesión y nuevas experiencias didácticas que está poniendo en
práctica en España. Y es que después de 2 años fuera, la experiencia
adquirida le ha brindado una ‘pequeña’ oportunidad en una escuela catalana. Y
digo pequeña puesto que es un trabajo temporal, de 2 meses, que le
obligará a coger otro avión hacia la aventura.
“Para mí ha sido una oportunidad para
seguir formándome y para madurar como persona”. Una experiencia “muy
recomendable”. Un ‘máster’ basado en experiencias diarias. Una
oportunidad “para conocer otro país y para hacer currículum”. Y es que,
en definitiva, es una salida para muchos profesionales que buscan, en estos
tiempos difíciles, un futuro mejor.
¿Su recomendación? “Emigrar para vivir
la experiencia o para mejorar el idioma”. “Emigrar sin muchas
pretensiones y aprovechando cada oportunidad”. Y es que sólo así podremos ir
construyendo un camino hacia nuevas oportunidades; un camino hacia
nuevos retos profesionales.
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