El coworking -o cotrabajo- es una nueva
tendencia para organizar tu dinámica de trabajo. Consiste en compartir el espacio
de trabajo con otros profesionales, aunque no pertenezcan a tu misma empresa ni
desempeñen tareas parecidas: supone desempeñar tu actividad laboral en un
espacio comunitario y multidisciplinar rodeado de compañeros de trabajo que, a
priori, nada tienen que ver unos con otros.
¿Y porqué trabajar así y no en una oficina
de las de toda la vida o desde casa? Porque el coworking, aparte de abaratar
costes significativamente si eres un emprendedor, te aporta conexiones con
otras personas que aunque no trabajen en lo mismo que tú, tienen una mentalidad
similar. El coworking favorece que personas que trabajan en ámbitos distintos
puedan construir puentes entre sus proyectos y ayudarse unos a otros en un círculo virtuoso que permite
crear nuevas oportunidades.
España es actualmente el tercer país del
mundo con más espacios de coworking, la mayoría de los cuales se establecen en
grandes ciudades como Sevilla, Valencia, Barcelona o Madrid. No debería
sorprendernos esta proliferación, puesto que el coworking es de máximo
beneficio para los autónomos, uno de los colectivos más dinámicos, y a la vez
desprotegidos, del sistema laboral español. Esta vulnerabilidad del colectivo
es una de las claves para que se organicen para reclamar una mejora en sus condiciones sociales e innovar en sus procesos de trabajo. El
coworking simplifica la logística del emprendimiento y del trabajo autónomo, y
con ello facilita la productividad en el el trabajo en sí, no en la gestión del
mismo.
El cotrabajo no sólo
se reduce a compartir lugar de trabajo, gastos de luz,alquiler y de conexión a
Internet. En muchas ocasiones, los usuarios de estos espacios de coworking
aprovechan las sinergias que se pueden crear entre ellos. Así nacen
colaboraciones, se traspasan contactos y clientes, y se intercambian
experiencias y consejos. Por otra parte, se aporta a los trabajadores una
infraestructura de la que de otra manera no podrían disponer: por norma
general, los espacios de cotrabajo cuentan con salas de reunión a disposición
de los usuarios, proyectores de vídeo, fotocopiadoras y demás artículos de los
que normalmente un hogar no dispone.
La otra gran ventaja del coworking sobre la oficina tradicional es la
multidisciplinariedad. Los espacios propician la atmósfera para favorecer el
conocimiento mutuo y la cooperación, de forma que los trabajadores sean
conscientes de que se les ofrece una oportunidad para potenciar su desarrollo
profesional y de negocio a través del intercambio de conocimiento y el trabajo
en equipo. De ahí que la diversidad de perfiles sea un aspecto a tener en
cuenta, quizá sea esta heterogeneidad lo que marca la diferencia en los
centros de coworking, en los que la sinergia es pieza clave para el impulso de
estructuras innovadoras, y otras organizaciones que han funcionado como
“incubadoras” de nuevos proyectos, como asociaciones profesionales, escuelas de
negocio o viveros de empresas. En Spain Startup Map podéis encontrar un directorio de espacios de coworking a lo largo de
toda la geografía española.
La filosofía del
coworking es la comunidad, el compañerismo, el networking, el confort...
Lógicamente, implantar todo esto no es una cuestión tan simple como ofrecer un
espacio físico, sino que es cuestión de aptitud, compromiso y esfuerzo. Como
siempre, con estas virtudes, iniciativa y el apoyo de Jobeeper, ¡Suerte!
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