En el primer artículo que publiqué quise compartir un
“modelo” que pienso puede servir de guía general, y puede ser muy útil
adaptándolo y trabajándolo de forma individual. Si recordáis, consistía en 4
pasos ordenados para alcanzar el objetivo:
- Conócete. Mira en tu interior. Analízate para
saber quién eres y qué sabes y puedes hacer.
- Prepárate. Refuerza tus aptitudes y
actitudes. Tus habilidades. Adquiere nuevas si es necesario.
- Convéncete. Entrena todos los recursos
aprendidos y adquiridos para tomar fuerza y decisión. Para reforzar la
autoestima.
- Comunícate. Ofrece, vende tus recursos, tus
habilidades. Todo tu potencial.
Hoy vamos a profundizar en el segundo paso; el paso que consiste en prepararse; en reforzar tus aptitudes y actitudes.
Segundo paso: Prepárate
Ya tienes tu diagnóstico personal. Te conoces un poco
mejor. Has identificado aspectos a mejorar y aspectos a reforzar. Carencias y
potencialidades. También conoces algo mejor el entorno en el que te mueves. Y
lo tienes por escrito. En lugar bien visible y revisable. Es, por tanto, el
momento de tomar decisiones. Completar esa formación y/o esa práctica
profesional que necesitas mejorar. Adquirir nuevas competencias y habilidades
para abrir el abanico de posibilidades. Sondea e identifica cursos, seminarios,
charlas, conferencias y encuentros que te proporcionen nuevos conocimientos,
que cubran esas necesidades detectadas en el primer paso.
Este es el momento también de organizar “los papeles”.
Desempolva tu curriculum. Actualízalo. Aquí recomiendo siempre preparar un
currículum extenso: el curriculum base. Se trata de un baúl en el que pones
todo. Toda tu formación y toda tu trayectoria y experiencia profesional y vital.
Y cuando digo todo, es TODO. Hasta ese curso de natación o esa jornada de
disecación de mariposas. TODO. Y anótalo con profusión, al detalle. No ahorres
palabras. Logros obtenidos, felicitaciones, fracasos, decepciones… TODO. Te
será muy útil como fuente para ir construyendo curriculums ad hoc, adaptados a
cada oferta u oportunidad de trabajo.
Escribe tu historia personal y profesional. El relato
de tu vida. No es necesario superar o igualar en páginas el Quijote o Crimen y
Castigo. Pero si lo suficientemente extenso como para que abarque lo esencial.
Estos serán los mimbres con los que irás elaborando los cestos posteriores.
Esos cestos personalizados, adaptados a cada caso.
Ensaya también diferentes cartas de presentación.
Escribe muchas. Cuantas más mejor. En diferentes estilos y tonos. Te vendrá muy
bien para desengrasar tu redacción.
Utiliza todos los recursos que tengas a tu alcance.
Papel, ordenador, audio, video… Grábate, mírate y escúchate leyendo tu
historia, narrándola, contándola.
No voy a entrar, por prolijo, en los innumerables
formatos de CVs que podemos utilizar. Esto, además, dependerá de cada oferta a
la que optemos. La consigna es utilizar en cada caso aquél que mejor se adapte,
en tu beneficio, al puesto al que optas. En función del sector, actividad… En
internet hay infinitos modelos y recursos al alcance de todos. Como estándar te
recomiendo el modelo “europeo”.
Es, digamos, el homologado y te servirá de base y te dará mucho juego. Atiende
con precisión a las instrucciones que se dan para completarlo.
La elaboración del curriculum (en el formato que sea)
es esencial, por cuanto se convertirá en la antesala de la entrevista de
trabajo. En realidad ese es el objetivo, ¿verdad?; obtener una entrevista de
trabajo. La oportunidad de interaccionar por medio de una conversación con los
empleadores, para convencerlos de que somos la mejor opción. Por esto es
crucial también la preparación de la entrevista futura. Elabora una lista
amplia de preguntas (en internet hay muchos recursos); hasta las que te
parezcan más peregrinas (nunca se sabe!) y prepara las respuestas. Redáctalas. Ensáyalas
para que te salgan de forma natural. Apóyate en la familia, los amigos, en tu
entorno más cercano y haz simulaciones.
Con todo esto vas a ir construyendo tu “marca” (está de
moda la palabra). En los
siguientes pasos conoceremos cómo “posicionarte”. Pero sobre todo no te aísles.
Pide ayuda. Apóyate en los demás. Busca compañía.
Josemaría Fernández Ureña
Orientador laboral
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