Tener un empleo, estar empleado, aparte de un sustento
económico para nuestro proyecto de vida constituye también un sustento social y
emocional imprescindible en nuestra convivencia. Es un factor clave para
desarrollarnos como personas. Da sentido a nuestra vida en la sociedad que
hemos construido.
Cuando nos quedamos sin empleo en muchas ocasiones es
tal el “shock” emocional que recibimos, que, a menudo, nos sentimos
desorientados y desamparados en la nueva situación.
Se nos genera un vórtice de incertidumbre que tenemos
que aprender a gestionar.
“Trabajar” las emociones, atenderlas, es un asunto de
urgencia en este periodo de nuestra vida. Y es muy importante también sentirnos
acompañados. Buscar compañía y alianzas. Encontrar colaboración.
Es fundamental pasar cuanto antes el periodo de ira o
de frustración asociado a una situación de pérdida de empleo. Es necesario
encarar la nueva situación cuanto antes. Corremos el peligro de instalarnos en
eso que se llama “zona de confort”
(nada confortable por cierto) en la que es fácil (y muy humano) recalar pero
muy complicado remontar.
Nuestro trabajo ahora consiste en encontrar empleo. Y
esto requiere tiempo y dedicación. De forma ordenada y constante. De forma profesional.
En mi opinión no existen (o al menos yo no conozco)
recetas infalibles para salir de la situación de desempleo (más aún cuando el
contexto general en el que nos movemos es tan hostil como este en el que nos
encontramos desde hace ya algunos años), pero sí algunas pautas que, con
convicción y constancia, podemos seguir para retomar y encarar la situación.
Desde mi experiencia quiero compartir un “modelo” que
pienso puede servir de guía general, y puede ser muy útil adaptándolo y
trabajándolo de forma individual. Consiste en 4 pasos ordenados para alcanzar
el objetivo.
- Conócete. Mira en tu interior. Analízate para saber quién eres y qué sabes y puedes hacer.
- Prepárate. Refuerza tus aptitudes y actitudes. Tus habilidades. Adquiere nuevas si es necesario.
- Convéncete. Entrena todos los recursos aprendidos y adquiridos para tomar fuerza y decisión. Para reforzar la autoestima.
- Comunícate. Ofrece, vende tus recursos, tus habilidades. Todo tu potencial.
Cuatro pasos que nos permitan hacer un análisis para
construir un relato. El de nuestra historia personal, profesional y laboral.
Para conocernos, prepararnos, convencernos y comunicarnos. Para decirnos y
decir que estamos aquí y podemos hacerlo.
Mi consejo es que lo hagamos en compañía. Somos seres
sociales. Vivimos en sociedad. La colaboración es el puente del progreso
individual y colectivo. Al fin y al cabo somos lo que compartimos.
Cuatro pasos que iremos desglosando en varios post para
hacerlo operativo. Para llevarlo a cabo secuencialmente. Os animo a ponerlo en
práctica. Ojalá os sirva de impulso.
Josemaría Fernández Ureña
Orientador laboral
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